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Convento de Santa Maria de la Merced

El Convento de Santa María de la Merced, fundado en 1988 en Noja, Santander, tiene una rica historia religiosa y arquitectónica. Su iglesia, de estilo barroco, fue diseñada en 1634 por José de Arroyo. Declarado Bien de Interés Cultural en 1992, sigue siendo un importante centro espiritual con una comunidad mercedaria activa.
DESCRIPCIÓN

El Convento de Santa María de la Merced tiene una historia profunda y rica que se remonta a siglos de tradición religiosa y arquitectónica. En su afán por extender la renovada rama contemplativa Mercedaria, la Orden decidió crear nuevas fundaciones. Fue en este contexto cuando Pilar Subiñas Alcíbar, una mujer de avanzada edad y con una probada vida interior, solicitó su ingreso en la Orden y ofreció sus bienes para una fundación dedicada a la vida contemplativa mercedaria. La comunidad aceptó su propuesta, y Pilar realizó su noviciado y profesión temporal en la casa de formación de Lañomendi (Vizcaya). Con este generoso legado, se llevó a cabo la fundación en la Villa de Noja, Santander, bajo la supervisión del Obispo D. Juan Antonio del Val, quien recibió con alegría la nueva fundación.

Una vez terminadas las obras de adecuación de la vieja casona de Cabanzo, las hermanas llegaron el 4 de febrero de 1988 desde Lañomendi para establecerse en Noja. Entre ellas se encontraba Sor Mª Josefina Legarreta Fernández, quien actualmente es la madre superiora. En 1993, entró la primera vocación de Cantabria, seguida por otras que llevaron a la formación de una comunidad de 9 hermanas, que actualmente conforman la comunidad del convento.

La arquitectura del Convento de Santa María de la Merced es otro de sus elementos destacados. La iglesia, diseñada por José de Arroyo, data de 1634 y es un ejemplo del estilo barroco. En 1754 se inauguró la sacristía, que alberga un retablo manierista del siglo XVI, con tablas pintadas por Pedro Muñoz de Aguilar. La fachada de la iglesia, de estilo neoclásico, fue construida en el siglo XIX, mientras que el resto de las fachadas datan del siglo XVIII, con dos órdenes de balcones y uno de rejas. El claustro barroco, diseñado por Cosme de Peñalacía entre 1645 y 1648, es otro de los elementos arquitectónicos de gran belleza que destacan en el convento. La sala capitular, actualmente transformada en salón de actos, se atribuye a José Martín de Aldehuela, y su construcción data del siglo XVIII. En 1992, el convento fue declarado Bien de Interés Cultural, lo que asegura su protección y conservación para las futuras generaciones.

Hoy en día, el Convento de Santa María de la Merced sigue siendo un lugar de gran significado espiritual y cultural, que atrae a quienes buscan conectar con su historia y con el legado que ha perdurado a lo largo de los siglos. Su arquitectura, su historia y su vida religiosa continúan siendo un testimonio vivo de la dedicación y el compromiso de la Orden Mercedaria con la contemplación y el servicio a la comunidad. El convento es, sin lugar a dudas, un lugar de paz, recogimiento y oración, abierto a todos aquellos que deseen experimentar su serenidad y belleza.

REPORTAJE FOTOGRÁFICO