El Ayuntamiento de Noja ha puesto en marcha un nuevo proyecto de mejora urbana que afectará íntegramente a la Calle El Rano, un vial clave del núcleo urbano situado junto a la playa de Ris y el Centro de Ocio Playa Dorada. La actuación se enmarca en el plan de renovación de espacios públicos que el municipio viene desarrollando en los últimos meses, con el objetivo de mejorar la accesibilidad, reorganizar el tráfico y modernizar el mobiliario urbano.
La calle El Rano, que conecta la Calle Castrejón con la Calle Alcarite en su intersección con la Avenida Ris, es una calle de gran tránsito, especialmente en temporada estival, debido a su cercanía a instalaciones deportivas como Playa Dorada y la playa de Ris. Actualmente, El Rano presenta importantes deficiencias: calzada y aceras estrechas y deterioradas, señalización deficiente, falta de plazas de aparcamiento y obstáculos en los itinerarios peatonales.
Con una longitud de 342 metros, la actuación contempla una renovación total de la morfología de la calle. Esta pasará a tener un único sentido de circulación, con un carril de 3 metros de anchura en dirección norte-sur, y contará con aceras más amplias que no bajarán de los 2 metros de ancho. A lo largo de la margen derecha se habilitará una nueva zona de aparcamiento en cordón, así como en dos tramos puntuales del lado izquierdo, lo que permitirá disponer de un total de 52 plazas. Además, se renovarán completamente los pavimentos, se adaptarán los pasos de peatones con baldosas podotáctiles, se adecuará la red de drenaje a la nueva configuración y se modernizará el alumbrado público con nuevas luminarias más eficientes y mejor ubicadas. Todo ello se completará con nuevo mobiliario urbano, como bancos y papeleras, que contribuirán a mejorar la calidad del entorno.
El valor estimado del contrato para la ejecución de estas obras asciende a 148.738 euros, una inversión que pone de manifiesto el compromiso del Ayuntamiento con la modernización y sostenibilidad de sus infraestructuras urbanas.
Estas actuaciones responden a la necesidad de adaptar los espacios públicos a las nuevas normativas de accesibilidad y movilidad, especialmente en un contexto de envejecimiento de la población, facilitando así los desplazamientos de personas mayores o con movilidad reducida.